sábado, 14 de enero de 2012

Ética Aristotélica


-Para Aristóteles, gran maestro de la Filosofía, la Ética es el estudio de la moral, la virtud, la felicidad, el deber y el buen vivir. Él afirma que para mantener la Ética en un estado armonioso y moderado se debe ejercitar la virtud con el carácter; es decir, el ser humano debe aprender a conocer y a manipular tanto sus habilidades y sus conocimientos como su forma de vivir y de comportarse en una sociedad que lo rodea. Existen muchos casos por la cual a veces la Ética individual llega a ser un desastre. Ese ser humano puede estar mal formado social y espiritualmente gracias a su entorno que lo prepara así; como sucede en el caso de algunos hogares venezolanos donde se transmite mucho el conformismo, y con esto es imposible que alguien descubra y conozca nuevos horizontes; se encierra en cuatro paredes. Hay otros donde sucede todo lo contrario: sí permiten y ayudan a desarrollar el conocimiento, las habilidades y el carácter de esa persona. Si tenemos bien claro lo que es y cómo manejamos la Ética en nuestra vida, podremos defendernos en cualquier ocasión que se nos presente, aunque para algunos la defensa de su propia Ética resulta ser un sufrimiento porque tal vez no saben cómo aplicarla o incluso les parece muy difícil aprender algo para después expresarlo o interpretarlo. Y existen otros tipos de individuos que incluso les gustan lo que hacen y cómo viven.

-Ayer en la clase de Filosofía presté mucha atención a lo que dijo el profesor Aponte, expuso: "cómo adoro mi área". Esto quería decir él con respecto a su carrera de Educación y Filosofía; es uno de los tantos individuos que sí les gusta su profesión y están contentos con su vida. Pero yo he visto pasar por los salones a otros profesores que sabrán muchísimo sobre su área, pero lo que no saben es enseñarles a sus alumnos la materia y de hecho existen casos en los que esos mismos profesores dicen o expresan que están dando clases por obligación, a esto quiero referirme con el sufrimiento que pasa en la persona. Y al mismo profesor Aponte se nota que es feliz dando clases y al mismo tiempo dando Filosofía. Entonces, ahí es donde surge una pregunta o duda, la cual muchas personas las tienen en la cabeza o tal vez nunca se les habría ocurrido. La gente que no disfruta de su Ética no disfruta su vida. Y es por eso que a continuación se razonará el por qué la felicidad debe intervenir en la Ética del ser humano.

-Cada quien tiene su objetivo o propósito por la cual quiere salir adelante. El que quiere una carrera, casa, trabajo y una bella familia sabe que debe estudiar para realizar todos esos sueños, y obviamente no es nada fácil, sino todo lo contrario. Y por supuesto que todos tenemos dificultades o problemas que debemos asumir y resolver. También nos podrían llegar oportunidades en las que debemos decidir sobre una cosa y la otra. Todos los días siempre escuchamos críticas y consejos desde nuestros allegados (o seres queridos, como se les quiera decir) que algunos nos hacen ver las cosas de otra manera y hasta pueden hacernos cambiar de idea porque de repente se escuchan mejores que nuestros propios pensamientos. Se debe tener muchísimo cuidado con esto porque podemos meter la pata al decidirnos y lo peor de todo es que le echaremos la culpa a ese alguien que nos sugirió tal cosa cuando en realidad somos nosotros los que debemos decidir lo que haremos y lo que no.

-Si hablamos de la Ética estudiantil o la Ética profesional, se identificará más el tema de la felicidad en el ser humano. Si escogemos tal carrera para estudiarla debemos tener en claro el por qué la escogemos. A veces la gente dice que va a estudiar porque sus padres se lo imponen o porque afirma que esa carrera le brindará una abundancia financiera. Pero, ¿y dónde queda el gusto o preferencia? Entonces, esa persona quiere decir que no importa si lo raspan en exámenes o que no entienda una clase porque cuando se gradúe él o ella verá cómo hace para ganar dinero. Y por más que lo oculten saben que se equivocaron y que están sufriendo porque aquel aprendizaje no les sirve para nada porque eso no es lo que les llama la atención. Y no deben dejar que sus padres les digan qué estudiar, claro porque ellos ya se graduaron y no piensan en que tal vez su hijo o hija es de gustos diferentes y no les seguirá sus pasos. Eso se ve mucho todos los días, y por eso debemos brindarnos un momento de tranquilidad y reflexionar acerca de lo que queremos ser en la vida. Si ya sabemos lo que queremos y sabemos que tenemos la razón, ¿por qué malgastar el tiempo escuchando opiniones ajenas? Y nunca se debe tener miedo a equivocarnos, así ya hiciéramos las cosas o todavía no. Está muy bien ser prudente*, pero tampoco se deben negar a vivir, porque los errores también forman parte de nuestro entorno y equivocarse es uno de los placeres de la vida, sufrimos un rato de los errores, pero definitivamente nos sentiremos mejor si nos levantamos y empezamos otra vez desde otra manera de hacer las cosas.

*Nota del profesor Fernando Manuel Aponte Lombardi: "Por supuesto, por eso hay que construirnos criterio para saber distinguir qué opinión escuchar y cuál desechar".

Género literario: Ensayo.
Escrito por: Daniela Carolina Rodríguez Mendoza
Lugar y Fecha: Caracas, 26 de noviembre de 2010.
Agradecimientos a: Prof. Fernando Manuel Aponte Lombardi.

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