-Para Aristóteles, gran maestro de la
Filosofía, la Ética es el estudio de la moral, la virtud, la felicidad, el
deber y el buen vivir. Él afirma que para mantener la Ética en un estado
armonioso y moderado se debe ejercitar la virtud con el carácter; es decir, el
ser humano debe aprender a conocer y a manipular tanto sus habilidades y sus
conocimientos como su forma de vivir y de comportarse en una sociedad que lo
rodea. Existen muchos casos por la cual a veces la Ética individual llega a ser
un desastre. Ese ser humano puede estar mal formado social y
espiritualmente gracias a su entorno que lo prepara así; como sucede en el caso
de algunos hogares venezolanos donde se transmite mucho el conformismo, y con
esto es imposible que alguien descubra y conozca nuevos horizontes; se encierra
en cuatro paredes. Hay otros donde sucede todo lo contrario: sí permiten y
ayudan a desarrollar el conocimiento, las habilidades y el carácter de esa
persona. Si tenemos bien claro lo que es y cómo manejamos la Ética en nuestra
vida, podremos defendernos en cualquier ocasión que se nos presente, aunque
para algunos la defensa de su propia Ética resulta ser un sufrimiento porque
tal vez no saben cómo aplicarla o incluso les parece muy difícil aprender algo
para después expresarlo o interpretarlo. Y existen otros tipos de individuos
que incluso les gustan lo que hacen y cómo viven.
-Ayer en la clase de Filosofía presté
mucha atención a lo que dijo el profesor Aponte, expuso: "cómo adoro
mi área". Esto quería decir él con respecto a su carrera de Educación y
Filosofía; es uno de los tantos individuos que sí les gusta su profesión y están
contentos con su vida. Pero yo he visto pasar por los salones a otros
profesores que sabrán muchísimo sobre su área, pero lo que no saben es
enseñarles a sus alumnos la materia y de hecho existen casos en los que esos
mismos profesores dicen o expresan que están dando clases por obligación, a
esto quiero referirme con el sufrimiento que pasa en la persona. Y al mismo
profesor Aponte se nota que es feliz dando clases y al mismo tiempo dando
Filosofía. Entonces, ahí es donde surge una pregunta o duda, la cual muchas
personas las tienen en la cabeza o tal vez nunca se les habría ocurrido. La
gente que no disfruta de su Ética no disfruta su vida. Y es por eso que a
continuación se razonará el por qué la felicidad debe intervenir en la Ética
del ser humano.
-Cada quien tiene su objetivo o
propósito por la cual quiere salir adelante. El que quiere una carrera, casa,
trabajo y una bella familia sabe que debe estudiar para realizar todos esos
sueños, y obviamente no es nada fácil, sino todo lo contrario. Y por supuesto
que todos tenemos dificultades o problemas que debemos asumir y resolver.
También nos podrían llegar oportunidades en las que debemos decidir sobre una
cosa y la otra. Todos los días siempre escuchamos críticas y consejos desde
nuestros allegados (o seres queridos, como se les quiera decir) que algunos nos
hacen ver las cosas de otra manera y hasta pueden hacernos cambiar de idea
porque de repente se escuchan mejores que nuestros propios pensamientos. Se
debe tener muchísimo cuidado con esto porque podemos meter la pata al
decidirnos y lo peor de todo es que le echaremos la culpa a ese alguien que nos
sugirió tal cosa cuando en realidad somos nosotros los que debemos decidir lo
que haremos y lo que no.
-Si hablamos de la Ética estudiantil o
la Ética profesional, se identificará más el tema de la felicidad en el ser
humano. Si escogemos tal carrera para estudiarla debemos tener en claro el por
qué la escogemos. A veces la gente dice que va a estudiar porque sus padres se
lo imponen o porque afirma que esa carrera le brindará una abundancia
financiera. Pero, ¿y dónde queda el gusto o preferencia? Entonces, esa persona
quiere decir que no importa si lo raspan en exámenes o que no entienda una
clase porque cuando se gradúe él o ella verá cómo hace para ganar dinero. Y por
más que lo oculten saben que se equivocaron y que están sufriendo porque aquel
aprendizaje no les sirve para nada porque eso no es lo que les llama la
atención. Y no deben dejar que sus padres les digan qué estudiar, claro porque
ellos ya se graduaron y no piensan en que tal vez su hijo o hija es de gustos
diferentes y no les seguirá sus pasos. Eso se ve mucho todos los días, y por
eso debemos brindarnos un momento de tranquilidad y reflexionar acerca de lo
que queremos ser en la vida. Si ya sabemos lo que queremos y sabemos que
tenemos la razón, ¿por qué malgastar el tiempo escuchando opiniones ajenas? Y
nunca se debe tener miedo a equivocarnos, así ya hiciéramos las cosas o todavía
no. Está muy bien ser prudente*, pero tampoco se deben negar a vivir, porque
los errores también forman parte de nuestro entorno y equivocarse es uno de los
placeres de la vida, sufrimos un rato de los errores, pero definitivamente nos
sentiremos mejor si nos levantamos y empezamos otra vez desde otra manera de
hacer las cosas.
*Nota del profesor Fernando Manuel
Aponte Lombardi: "Por supuesto, por eso hay que construirnos criterio para
saber distinguir qué opinión escuchar y cuál desechar".
Género literario: Ensayo.
Escrito por: Daniela Carolina
Rodríguez Mendoza
Lugar y Fecha: Caracas, 26 de
noviembre de 2010.
Agradecimientos a: Prof. Fernando
Manuel Aponte Lombardi.
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